lunes, 30 de marzo de 2009

Chucho Merchán (1992)

Por obvias razones, aquel fanático de Pink Floyd no me creyó cuando le dije que en 1992 David Gilmour se había presentado junto con Roger Daltrey y Phil Manzanera en el estadio Pascual Guerrero de Cali. Una pena, cuando conté eso era el año 2003 y sin Youtube ni archivos en línea de los periódicos me fue imposible presentar pruebas de que tal cosa no era un fruto de mi imaginación.

Total con pruebas, la historia sigue siendo de no creer. De ella seguiremos hablando en futuras entradas.

Para el recuerdo, extraemos esta nota publicada del diario El Tiempo el miércoles 18 de noviembre de 1992, en la cual se nos hace un perfil del artífice del mencionado concierto, el señor Chucho Merchán.

Chucho Merchan

Definitivamente, tiene buena estrella. ¿Tendrá algo que ver con que haya nacido el 24 de diciembre, hace 40 años? Sea lo que sea, desde los 13 años la está invirtiendo en la música. Primero, en sus clases en el Conservatorio Nacional y luego con los grupos y bandas con las que participaba en cuanta murga y bazar de colegio había.

Y como la onda del rock en español de los años 60 lo cogió con fuerza, no tuvo más remedio que tomar en serio lo de los conciertos y la composición y dedicarse a eso con el grupo Málaga, uno de los tantos que fundó y el que más duró.

Ahí fue cuando se dio cuenta de que la música era su cuento y para ser el mejor tenía que estudiar mucho. Empacó maletas e instrumentos y se fue para Estados Unidos, donde, de paso, terminó su bachillerato con honores y todo.

Las noticias favorables comenzaron a llegar con estampillas made in USA y luego con sellos postales de Londres. A esta ciudad llegó en 1974 para seguir estudiando. Composición, orquestación, conducción, historia del arte, piano, guitarra clásica, percusión, solfeo y contrabajo fueron las materias que afinaron su habilidad y pasión.

Pero fue con el bajo con el que se hizo famoso. El director de la orquesta de la universidad le puso como condición para ingresar que tocara ese instruemnto. Fue un gran favor.

Ahora, Chucho Merchán es conocido mudialmente por su participación como bajista o guitarrista de grupos famosos. The Who, Eurythmics, The Pretenders, la banda de Thomas Dolby y la de Mose Allison lo llaman frecuentemente. Lo mismo, Miguel Ríos y Luz Casal.

Estas buenas conexiones las utiliza este bogotano nacido en el barrio 7 de Agosto, para fines no solo comerciales.

Después de la tragedia de Armero organizó un concierto en Londres con estrellas como Annie Lennox, Chrissie Hynde (cantante del grupo The Pretenders), Pete Townshend y David Gilmour (uno de los integrantes de Pink Floyd) para recoger fondos con destino a los damnificados que dejó el volcán.

Ahora está haciendo algo similar. Esta vez, la ecología es la excusa para reunir a sus amigos. Es el Concierto mundial por la vida , que hace parte de Ecomundo-92, el certamen que durante ocho días (del 27 de noviembre al 5 de diciembre) congregará en Cali a artistas e intelectuales nacionales y extranjeros que reclamarán soluciones a los problemas ecológicos mundiales.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Nación Rock - Museo Nacional de Colombia (3)

Cerramos con esta entrada los videos de la exposición realizada por el Museo Nacional de Colombia sobre la historia de la música rock en el país entre 1965 y 1995.

Aquí la segunda parte de los de cuatro videos exhibidos en el Museo de Arte Moderno de Medellín.

Parte 3
Parabellum, "Engendro 666" (Batalla de las Bandas, 1985); Ramiro Meneses (1991); Kraken, "Todo hombre es una historia" (1985); Mutantex, "Ramera de barrio" (1988); Vicky Castro (2006); HP/HC en vivo (1990); Lucho Barrera en Metal en Estéreo (1990); Kraken, "Escudo y espada"; La Pestilencia en TV (1989); Kronos, "Fuego en mis venas" (1990); Compañía Ilimitada, "Cometas" (1988); Juancho Pulido (1990); Carlos Posada (1989); Sociedad Anónima, "La causa nacional" (1988); Jimmy Salcedo y Pasaporte (1988); Pasaporte, "Maniquí (1988). Cortinas: Reencarnación, "888 Metal" (1988); Darkness, "Metalero" (1989)



Parte 4
Distrito Especial, "CAI Policía" (1990); Hora Local, "La chica de Chernobil" (1991); Neurosis, "La profecía" (1991); La Derecha en Barbie (1991); Carlos Arturo Hoyos (2007); Neurosis, "La Profecía" (1991); Estados Alterados, "Sel-Fish" (1992); 'Papuchis' y Héctor Buitrago (1993); Aterciopelados, "Mujer gala" (1993); Ex-3, "Mi verdad" (1993); Juanita Dientes Verdes, "El zancudo" (1994); 1280 Almas, "Flores en las cortinas" (1994); Bajo Tierra, "Ojos enfermos" (1995); Hades en Rock al Parque (1995); público en el Primer Festival rock al parque (1995); Catedral, "Picando el cielo" (1994). Cortinas: Ekhymosis, "Solo" (1993); Marlohábil, "Entre tierra y distancia" (1994)

jueves, 19 de marzo de 2009

Teletón nostálgica (1993)

Bajo el título "Teletón superó la meta", El Tiempo registró el 26 de diciembre de 1993 una edición más de aquel espectáculo de beneficencia organizado por Carlos Pinzón y cuyo único recuerdo actual es un predio en Chía, Cundinamarca, que hoy alberga una clínica.

Por lo que insinúa el artículo, la edición de 1993 fue bien especial. Con el advenimiento por esos años de la moda "retro" evocadora de los años 60, los organizadores resolvieron precisamente homenajear a la llamada década prodigiosa. La emisión de 16 horas incluyó películas, referencias a hechos y personajes representativos y por supuesto, la invitación de músicos que hicieron historia en esos años.

Del artículo en cuestión, que se puede leer en su totalidad aquí, extraemos los fragmentos que hacen mención a los rockeros. Debido a la escasez de fuentes audiovisuales sobre esa generación, el probable video de esas presentaciones se constituiría en una auténtica joya documental. Allí veríamos a Miguel Muñoz con sus Noches de Liverpool, a Arturo Astudillo poco después de revivir en el auditorio Skandia las canciones de Los Flippers, a Fernando Latorre visto de nuevo en la TV nacional (luego de una ausencia de 24 años que lo llevó por España y Sudáfrica) y especialmente por permitirnos imágenes del fallecido guitarrista de La Columna de Fuego, Jaime Rodríguez.

"Teletón superó la meta"

Los organizadores de la Teletón, con Carlos Pinzón a la cabeza, tuvieron en cuenta que en 1993 se revivió la moda de los años 60 s y el regreso de la bota campana, los pantalones y camisas de rayas gruesas (tela de colchón), los zapatos de plataformas y el pelo engominado.

...También, los exidirectores de agrupaciones como Los Flipers, Ampex, Los Speakers y los Beatnicks, considerados los sobrevivientes de los 60's, en su orden Arturo Astudillo, Jaime Rodríguez, Fernando Latorre y César Hernández, repectivamente, se reunieron y cantaron canciones de la época.

...La Teletón arrancó a las 8 de la mañana de ayer y culminó a las 12 de la noche con una novedad: no se cerró con el Himno a la Alegría, como es tradicional, sino con el tema Jesterday (ayer) interpretado por el grupo Noches de Liverpool.

lunes, 16 de marzo de 2009

Nación Rock - Museo Nacional de Colombia (2)

Exposición realizada por el Museo Nacional de Colombia sobre la historia de la música rock en el país entre 1965 y 1995. La muestra fue exhibida entre noviembre de 2007 y mayo de 2008 en Bogotá y entre octubre y noviembre de 2008 en Medellín.

Como material de apoyo a la muestra en el Museo de Arte Moderno de Medellín, se exhibió una serie de cuatro videos, dedicados a cada sección en la que fue dividida la exposición. Presentamos en esta entrada las dos primeras partes.

Parte 1:
Gustavo Arenas, Dr. Rock (1995); Los Speakers, "El golpe del pájaro" (1965); Fernando Latorre (1993); Los Flippers, "Con su soledad" (1967); Los Flippers, "Lady's Night" (1982); Los Yetis, "Me siento loco" (2007); La Columna de Fuego, "Cristal 5/4" (1971); Festival de la vida (1970); Festival de Ancón (1971); Festivales en Silvia y Yumbo (1972-1973); Malanga, "Sonata No. 7 a la Revolución" (1973); Augusto Martelo (1989); Génesis, "Sueñas, quieres, dices" (1974); Humberto Monroy (1982); Génesis, "Corazón de mil corazones" (1982). Cortinas: Los Ampex, "¿Quiéres ser una estrella de rock and roll"; Banda Nueva, "Emiliano Pinilla" (1973)



Parte 2:
Ernie Becerra (1989); Documental Historia en tiempos de rock (1989); Carlos Álvarez en San Francisco (1976); Crash, "Whole Lotta Rosie" (1978); Manolo Bellón y Compañía Ilimitada (1978); Complot, "Love Battery" (1983); Armando Plata Camacho y Jorge Barón (1980); Traphico, "Nueva generación" (1980); Ship, "Night in the Neighborhood" (1982); Nash, "Lines of Fire" (1983); Fénix, "Blackout" (1983); Carbure, "Carne y hueso (1986); Mingo Lewis (1989); Tribu Tres, "Pa' Cartagena" (1986). Cortinas: Cascabel, "I'm a Man" (1976); Kokoa, "Hari Hari" (1981).

domingo, 15 de marzo de 2009

Rock de por acá (1987)

En 1987, con los vientos favorables que venían de Chile, España y Argentina, parecía que llegaría (otra vez) la anhelada hora del rock colombiano. De ahí que volvamos a leer una retrospectiva más.

En ese ambiente se organizó en el teatro al aire libre La Media Torta de Bogotá el pomposamente llamado "Primer Festival de Rock Colombiano". Allí se dieron cita los tres grupos más destacados del movimiento pop-rock en español de los años 80: Compañía Ilimitada, Sociedad Anónima y Graffiti (que poco antes de lanzar su primer álbum cambiaría su nombre por Pasaporte).

La revista Semana habló el 4 de mayo de 1987 sobre las expectativas que este concierto generaba para el futuro de un movimiento rockero ya no tan raquítico pero si bastante anónimo.

No se dice en el texto, pero para el recuerdo quedaron la desorganización del evento, la prematura mezcla de grupos de metal y punk con agrupaciones de pop-rock, los desmanes protagonizados por el público y el heroísmo de Elsa Riveros al querer seguir cantando sobre la tarima a pesar de tener una ceja rota por un monedazo ("no me voy a dejar de estos hijueputas", sentenció ante sus compañeros de banda). Ese sería su debut en lo que luego se conocería como Pasaporte.

ROCK DE POR ACA
El movimiento rockero colombiano entró definitivamente en la onda


El rock en Colombia cogió ritmo propio. Con el respaldo de una casa disquera, lo que era un movimiento "subterráneo" que batallaba en bares, bailaderos y garajes ahora sale a la luz pública para ponerle la cara al mundo comercial. El primer gran "careo" con la juventud será en el Primer Festival de Rock Colombiano, que se realizará el próximo fin de semana (10, 11 y 12 de abril), en el teatro al aire libre La Media Torta de Bogotá. Sin embargo, para llegar a este momento decisivo se necesitó de un proceso que se inició hace veinticinco años.

Los orígenes de la música moderna en Colombia se pueden trazar desde mediados de los años sesenta, cuando en el país irrumpieron grupos como Los Flipers, Vips, Tapus, Speakers, y cantantes como Oscar Golden, Vicky y Harold, entre otros. Mientras tanto, el rock, la música moderna, en Inglaterra y Estados Unidos se desarrollaba vertiginosamente, evolucionando hacia nuevas posibilidades musicales. Sin embargo, a mediados de los setenta vuelve a darse un desarrollo grupal a nivel colombiano.

Por primera vez, como golondrina en verano, un grupo criollo, Banda Nueva, lanza al mercado todo un disco de rock en español. También nacen grupos como Crash, Bandido, Ship, Merlín, Albatrós y La Banda del Marciano, cuyas producciones eran ya propias pero todavía permanecían atadas al mismo esquema, puesto que, como grupos marginales que eran, les resultaba más comercial tocar temas en inglés. La historia se repite y la vida de estos grupos resulta truncada debido, entre otras cosas, a las dificultades para llegar a una gran cantidad de público. Entonces llegan los años ochenta y con ellos la gran avalancha de música "disco" que acalla el desarrollo de la música moderna en Colombia.

A partir de 1985 surge lo que se denomina la "tercera generación" rockera en Colombia. Pareció, en un principio, que este nuevo movimiento estaría condenado a repetir la historia. Pero se dieron cambios sustanciales y realmente inesperados que hoy en día, a dos años de ese inicio, entregan los frutos de su arremetida. Así, grupos como Compañía Ilimitada, Grafiti, Sociedad Anónima, Relax, Eclipse y Naturaleza, entre otros, toman la vocería de la gente joven.

Por esto ya se ha dado una creación y una difusión del rock en español para llenar el vacío que en esta modalidad había en el país. Para que todo lo anterior no se quedara en puro acto de fe y resultara un movimiento coordinado, se necesitó no solamente el apoyo del público, sino también el de una casa disquera que encaminara las nuevas creaciones hacia el mercado nacional. Y es en este punto que la nueva generación rockera rompe el mito. Manolo Bellon, experto en música pop y comentarista de El Tiempo, opina que está renaciendo el movimiento rock en Colombia y que con su masificación se abrirán los parámetros musicales que el público conoce, y así también para abrir las puertas a los medios de difusión: "Desde el año pasado, especialmente, en las listas suramericanas sale una cantidad de grupos. Ante esto, lus casas disqueras abren los ojos, y la CBS, viendo que las condiciones están dadas para que realmente se de un renacimiento, arma lo que en la práctica se llamaría un 'taller', comprometiéndose a sacar adelante a los grupos nacionales. Y algo va a pasar. Ahora falta que todo el público crea. El rock en este país es una grosería, y eso no es justo".

ENCUENTRO SONORO

Ahora, cuando todo parece propicio para su despegue definitivo, llega el Primer Festival de Rock Colombiano, coordinado por el grupo Autoteatro, "con el ánimo de incentivar y apoyar el movimiento de rock nacional". Para tan sonoro fin va a reunir, con el auspicio del Instituto Distrital de Cultura y Turismo, a varios grupos nacionales, incluido un grupo de Tunja, que llega a desbancar la vieja opinión de que después de Los Carrangueros, Boyacá quedaría solamente sonando en las listas del mercado "agrícola". Durante tres días, estos grupos tendrán "la oportunidad de mostrar sus largos e inagotables trabajos silenciosos". Al respecto, Carlos Posada, integrante del grupo Sociedad Anónima, comenta: "Estamos convencidos y tenemos una actitud muy positiva porque sabemos que partiendo de este momento en el que se está organizando un evento de tan grandes magnitudes, se va a crear un movimiento entre los músicos nacionales que va a dar pie para que por fin se cree el cambio que todos estábamos esperando".

LA PIEDRA FILOSOFAL

Desde sus principios, el rock fue tomado como un movimiento anárquico, dentro del cual la juventud podía "echarse a perder". Esta música fuerte, acompañada de textos livianos que hacía que todo joven pareciera como epiléptico, convulsionó al mundo. Cargando con todo un bagaje de textos y melodías, los nuevos grupos de rock en Colombia, sin desconocer su contexto, sus raíces, comparten el interés por difundir un mensaje que le sea propio a cualquier joven, pero en especial, a cualquier joven colombiano. Así, sus textos resultan ser una amalgama de temas cotidianos, simbólicos, sentimentales y hasta irónicos, que reflejan positivamente la forma de pensar y de sentir de nuestra juventud: "En mí, el mensaje, si existe alguno, pretende lanzar conceptos e ideas que la gente pueda asir. Yo pongo las fichas en el tablero estableciendo un juego entre mi Yo y el oyente, donde cualquiera puede salir ganando", explica Camilo Jaramillo, integrante del grupo Compañía Ilimitada.
En todo caso, veinticinco años de andar sonando le han servido al rock no solamente para ampliar sus vías y formas de comunicación, sino también para "componer" su imagen y la concepción que de sus músicos tenía el público. Pablo Tedeski, integrante del grupo Grafiti, lo resume así: "El ambiente del rock se ha limpiado a través de los años. Ahora, el ambiente es sano, no de santos". Por el momento, y desde esta perspectiva, el movimiento rockero en Colombia recupera sus pasos perdidos.

Nación Rock - Museo Nacional de Colombia (1)

Exposición realizada por el Museo Nacional de Colombia sobre la historia de la música rock en el país entre 1965 y 1995.

La muestra fue exhibida entre noviembre de 2007 y mayo de 2008 en Bogotá y entre octubre y noviembre de 2008 en Medellín.

Como material de apoyo a la muestra en Bogotá, los realizadores del Museo Vintage, realizaron estos dos videoclips.

Parte 1


Parte 2

sábado, 14 de marzo de 2009

Metiendo bulla (1982)

En 1982 se insinuaban vientos favorables para la reducida escena rockera colombiana. Al menos así lo entendían algunos grupos de Bogotá y Medellín que en ese año y el siguiente irrumpieron en los esquivos estudios de grabación, llamando la atención de la prensa "seria".

Así lo vio la revista Semana el 6 de septiembre de 1982, en este interesante reportaje que percibe el cambio generacional que experimentó el rock colombiano de esos años, a través de la visión de los integrantes de Kokoa y Crash. A pesar de las buenas intenciones de ambos grupos, el entorno alérgico al rock haría de las suyas y ambos larga duración nunca verían la luz, probablemente por el rechazo de los sellos discográficos a los bajos resultados en ventas de Traphico, Ship o Los Flippers.

El texto también nos muestra como en 1982 se recordaba a la generación pionera del rock colombiano y su época de oro.

Fe de erratas: (1) El citado concierto de Bill Halley fue en realidad en el Teatro Colombia (actual Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán); (2) La mención de Los Amerindios en un escrito sobre rock probablemente sea un error del autor queriendo referirse a Génesis; (3) El título del último trabajo discográfico de Los Flippers en realidad fue Llegarás.

METIENDO BULLA
De gafas negras y tenis blancos, los rockeros criollos llevan 20 años insistiendo en ablandar los oídos de los colombianos a punta de "ritmo duro"


No son bien vistas en Colombia. Golpes por un lado y otro, las sitúan como explotadoras de una cultura foránea, alejadas completamente de lo colombiano. Son las bandas de rock que, a pesar de todo, han tenido muchísimos éxitos tanto en presentaciones como en discos, pruebas que, en últimas, son su razón de ser. Su historia está llena de altibajos.

Hubo épocas que vieron actuar más de cincuenta agrupaciones, y uempos en los que sus integrantes vendían seguros, carros, o simplemente en los que retomaron sus postergadas carreras en las universidades colombianas.

Para ellos la cuestión de la autenticidad ha sido un problema que han tenido que resolver consciente o inconscientemente. Hacer un trabajo que tiene sus raíces en la juventud de los países anglosajones, no es precisamente un trabajo nacional 100%, menos aún si se canta en inglés. Ahora, cuando nuevamente están surgiendo docenas de bandas roncaroleras, se ve una postura algo diferente de la que existía hace quince años. Con nuevas influencias y con los trajes cambiados, estos integrantes de la música moderna se alistan para invadir el mercado nacional y hacer sus primeros pinitos en el internacional. Los nuevos nombres son Ship, Crash, Tranvía, Tráfico, Bsndido, Carroña, Kocoa.

Atrás quedan Terrón de Sueños, la Banda de Marciano, Belcebú, Fuente de Soda. Atras queda Vietnam, el 80% del mundo hippie, Los Beatles; y así se siga mirando a Inglaterra y Estados Unidos, las luminarias son otras: Talking Heads, The Cars, B-52, el rock fuerte y la filosofía punk.

COMO PASAN LOS AÑOS...

Tal vez fueron Bill Halley y sus Cometas quienes impusieron aquí la costumbre de las bandas de rock. Llegaron un día cualquiera de 1962 a presentarse en el teatro El Cid de Bogotá. El recinto casi no pudo con los cientos de engominados y de quinceañeras de cola de caballo que saltaron al ritmo del mejor twist del momento.

Fue el primer teatro que sufrió los sacudones, y los daños, de las rumbas modernas. Eran tiempos en los que soplaban vientos de esperanza y desesperanza para la juventud, que se devaneaba entre el nadaísmo y la posibilidad de cambiar el estado de cosas siguiendo el ejemplo cubano.

Paralelamente o de espaldas a esto, distintas agrupaciones trataban de interpretar los éxitos de los mismos Cometas, de Elvis Presley, de Chubbie Checker o de Chuck Berry. Los impulsores de esta música de "la nueva ola" eran los que radiaban los hits del momento. Carlos Pinzón, el presentador y alma de "El Club de la Televisión", era entonces jefe de la fanaticada de Radio 15 desde un espacio llamado "El show de los Frenéticos". Así se fueron formando bandas, que repitieron más o menos el mismo camino. Primero fueron intérpretes, luego tradujeron esas mismas canciones y más tarde terminaron por ser compositores. De aquí partieron los go-gó y ye-yés tropicales. En esta escuela se formaron Los Speakers, Los Flippers, Oscar Golden Harold, Lyda Zamora. Algunos de ellos, como es el caso de Los Speskers--quién no recuerda "El golpe del pájaro"--, sacaron más de siete "elepés" que hoy se venden a cien pesos en las realizaciones de las disqueras.

1982: UN VENTARRON

1982 es el año del rock colombiano. En este momento, están en proceso de grabación más de cinco discos. Unas bandas tienen ya quién les financie todo el proceso; otras se están encartando con pagarés y letras de cambio para poder sacar sus discos a finales de año en espera de que se las "descubra".

Aprovechándose de los buenos vientos, Ship, el grupo de Jorge Barco, sacará el próximo mes un larga duración para ser repartido aquí y en Europa. Se llamará "Born". Algunas organizaciones que ya se habían disuelto vuelven a salir, como es el caso de Los Flippers, la banda de Arturo Astudillo, que sacará "Llámame", en tres semanas. También se espera la reaparición de Los Amerindios, de corte andino.

Casi todos los grupos, excepción hecha de Los Flippers y Los Amerindios, cantan en inglés. Sus gustos musicales se inclinan por el rock de la línea dura, y algunos ven con agrado cierta decadencia del mundo punk angloalemán. Muy pocos de los integrantes de estas organizaciones se dedican tiempo completo a la música.

Como la gran mayoría de artistas colombianos, sus labores se limitan a los horarios fuera de oficina, y a los ensayos recortados por la necesidad del "pancomer". Algunos están de "copies" en las agencias de publicidad, dedicados a la profesión o simplemente de universitarios y vendedores de seguros.

Crash es un grupo que no se salva de esto, pero ha descollado por sus iniciativas en la composición musical, saliéndose de las determinaciones que presentan los modelos extranjeros. Sus integrantes provienen de campos dispares. Algunos de ellos se han dedicado al jazz y otros a la salsa.

Augusto Martello, el bajo y fundador del grupo, tiene un taller de diseño gráfico; Hernando Becerra, la guitarra acompañante, se dedica a la fotografía; Eduardo "Sardino" Acevedo, la batería, es negociante de carros, y por último, Randy Keith, la guitarra líder y la voz principal, vive apenas de lo que deja la música.

La banda se formó hace seis años cuando se encontraron Augusto y Randy, un hawaiano de nacimiento, japonés de madre, irlandés de padre y paisa de matrimonio. Randy venía de ganar un concurso en Miami cuyo premio era una semana en Bogotá. En ese tiempo las agrupaciones estaban en un reflujo y el futuro se veía algo triste.

A fuerza de cantar en discotecas y en certámenes públicos, pidiendo la financiación de su música, llegaron a ser un grupo cotizado que está grabando un disco con salida internacional. "Crash" es el título de su primer elepé, que incluye muchos ingredientes latinoamericanos con una base rocanrolera. "Queremos tomar la filosofía de la música del Caribe, del reggae, por otro lado, del tango. Nosotros hacemos una mezcla de ritmos, e inclusive colocamos la bulla de la gente" dice Augusto Martello. Sus canciones son alegres y repletas de humor, "mamagallistas" repite el bajo.

Como la gran mayoría de las organizaciones musicales rocanroleras, Crash no tiene una ideología política, un pensamiento netamente colombiano. Son rebeldes a su manera. La música es para ellos un escape, "el único escape por el cual no estamos locos". Se sienten apolíticos y podrían tocar tanto para Alvaro Gómez como para Molina, siempre y cuando cancelen lo correspondiente.

METAL PESADO

Sin duda el conjunto profesional más joven que tiene el país es Kocoa. Sus integrantes hace poco compartían los pupitres en el Gimnasio Los Cerros. Del conjunto que se formó para representar el colegio en los diferentes concursos de murgas, salió un equipo profesional que ensaya todos los días y que cobra a la par que Crash o Ship.

Con un promedio de edad de diecinueve años, todos alternan los estudios universitarios con la música. Peter Schroeder, el fundador de Kocoa, es guitarra líder y estudia ingeniería electrónica en la Javeriana. Juan Armengol lleva la guitarra rítmica y estudia publicidad en la Tadeo. Juan Carlos González es el bajo y estudia economía en la Javeriana. Carlos Ferreira, el baterista, está en tercer semestre de economía en los Andes.

En este momento tienen un disco sencillo que produjeron ellos mismos y que distribuyeron a través de canales personales. Se vieron a gatas para conseguir los $250.000 que costaron las dos canciones que grabaron. Ahora están viendo dónde consiguen el millón de pesos que necesitan para sacar un larga duración, "The burial of the death"--el funeral de la muerte--. A las canciones les falta la grabación y la impresión porque los arreglos musicales necesarios ya están hechos.

Son un poco más radicales que Crash, pues hasta ahora no han querido cantar en castellano. "Cantar rock en español es como cantar vallenatos en inglés. Algo muy corroncho" dice Peter. Es música dura, es el "heavy metal", el metal pesado, una música bastante agresiva con algunos antecedentes punk. Pelean contra algunas inhibiciones, contra la falta de autenticidad de la juventud, pero no tienen ideología política, ni religiosa.

"No nos gusta meterle a la gente modos de pensar, simplemente cantamos para estar bien transmitir un "feeling" al público.

Crash y Kokoa, dos grupos que buscan la internacionalidad, pues como dice Augusto Martelo, "el rock'n roll es como los jeans, una forma universal de expresarse"

El Juglar Del Viento (2002)

El 27 de octubre de 2002 la sección aun llamada Lecturas Dominicales del diario El Tiempo publicó este texto escrito por Jotamario Arbeláez sobre la muerte de Juan Fernando Echavarría, integrante de Génesis durante la etapa de mayor creatividad del grupo y fallecido en extrañas circunstancias en el año citado. Luego de su salida de Génesis, con Betty Vargas, su compañera, creó Los Viajeros de la Música, un dúo dedicado a divulgar las expresiones latinoamericanas por todo el continente. La soledad pudo más y Betty también se despidió del mundo a principios de 2008.

El Juglar Del Viento

De suerte que este instante es la vida .

Así empieza su padre, Rogelio, uno de sus poemas más hermosos, y también de los más tristes. Estamos aquí hoy con Rogelio y Beatriz sufriendo con ellos el hecho de que aquel instante que fue la vida de su hijo haya pasado tan pronto, tan demasiado pronto, al silencio.

Es como si su música se hubiera detenido, se hubiera esfumado en el aire, en el aire de donde vino, pues Juan Fernando atrapaba el aire, lo transformaba con su instrumento, y le daba una armonía pero sin ignorar el hecho de que el viento posee su armonía propia, original, un sonido que solo gente como él, con un oído muy atento, es capaz de captar- . Y él, cuando lo captaba y le daba una forma suya, pasajera, nos lo devolvía a través del aire, y por las misteriosas ondas nos llegaba. Y sabemos que ahora, con igual misterio, esas melodías permanecen en la atmósfera que nos rodea, no esfumadas exactamente, sino transformadas en otra cosa, pero nunca extinguidas.

A Juan Fernando lo conocí por primera vez cuando era muy joven. Cuando todos éramos jóvenes. Tuve la suerte de estar en la génesis misma de Génesis y uno de mis recuerdos más gratos de la vida es esa vivencia compartida en los campos de Usme, a comienzos de los setenta, al pie del monasterio de los monjes benedictinos, con Humberto Monroy y el amado Sibius quienes, ambos, emprendieron hace años ya su viaje a la eternidad, esa seca eternidad de la que también habla Rogelio- . Y me viene a la memoria la imagen de muchos jóvenes, y entre ellos el más niño de todos, Juan Fernando, tan callado, tan a la escucha, flaco, vestido de blanco y, entre sus delgadas manos, una flauta de donde salían notas tan finas, tan sutiles, tan etéreas como su propia presencia.

Esa presencia creció y se iba imponiendo con los años. Recogió el legado de aquel grupo, y junto con su compañera Betty viajó por el país, por el Continente, recogiendo los sonidos del aire, de las cascadas de aguas cristalinas, de las criaturas, las aves, la lluvia, y de los tambores y quenas de los indígenas americanos, y con esas tonalidades construyendo, inventando, devolviéndonos unos tesoros que de otra manera podrían haberse perdido para siempre. Le agradecemos eso. Le damos las gracias a él y a Betty y sus colaboradores por haber dejado tantas cosas bellas grabadas en discos y casetes. Su música se ha detenido, es cierto. Pero ha dejado su eco. Por fortuna, vamos a seguir escuchando a Juan Fernando, y recordando su paso por nuestras vidas.

Juan Fernando pertenece, ahora tal vez más que nunca, a la vida en su totalidad, la vida de todos los seres vivos que nos han precedido, de quienes somos herederos, pues se ha asumido ya como una herencia vital, una partícula del cosmos. Y como estamos despidiendo a un poeta, e hijo de poeta, quisiera invocar las palabras de uno de los grandes poetas americanos, cuando dice:.

Yo sé que la mano de Dios es la promesa de la mía.
Y sé que el espíritu de Dios es hermano del mío.
Y que todos los hombres que jamás han nacido son también mis hermanos.
Y las mujeres mis hermanas y mis amantes.
Y que la quilla de la creación es el amor.
Y que no tienen límite las hojas quietas.
o lánguidas en los campos,.
ni tampoco las oscuras hormigas.
en pequeñas fosas debajo de ellas.

Ni el musgo roñoso, el cerco de gusanos,.
las piedras amontonadas, el sauco,.
el arbusto florecido y la maleza .
Así es la cosa, tal como nos lo asegura Walt Whitman, quien, al partir, sabía que también iba a permanecer.
El postrero fulgor del día se congela para esperarme,.
tras otras semblanzas arroja la mía que no resulta menos fiel.
que las demás sombras en la selva,.
me seduce para seguir hacia la neblina y la penumbra.

Parto en forma de aire, sacudiendo mis blancos cabellos.
en homenaje al sol que huye.
Dejo a mi carne esfumarse en remolinos, yendo a la deriva,.
como en mínimos fragmentos de encaje.
Me entrego al suelo para crecer con la hierba.
que tanto he amado.
Si me quieres tener de nuevo,.
búscame bajo las suelas de tus zapatos.
Difícilmente sabrás quién soy o qué es lo que quiero decir.
Sin embargo, te traerá buena salud.
Seré para tu sangre un filtro, y una fibra.
Si al principio no me encuentras, no te desanimes.
Si no estoy en tal o cual lugar, rastrea en otro.
Ahí estoy, en alguna parte, esperándote .

Sabemos que nos esperas, Juan Fernando. Mientras tanto, te deseamos un buen descanso. Adiós. Y buen viaje.
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