miércoles, 26 de agosto de 2009

Miguel Durier: a un año de su partida

Imagen tomada de su grupo-homenaje en Facebook. Colección de José Urías Peña.


El pasado 23 de agosto se conmemoró el primer aniversario de la muerte de Miguel Durier Grau (Cartagena, 1951-Bogotá, 2008).

De este talentoso guitarrista, el primer aporte al rock nacional que recordamos es el de haber integrado Los Flippers en 1966-67. Pero más allá de ese fugaz paso por la banda de Martínez y Astudillo, también hay que recordarlo como la primera representación del desparpajo, la espontaneidad y el "ángel" inherentes a un rock que en los años sesenta veía la luz por primera vez en Colombia. Del mismo modo, Durier encarnó por primera vez aquel espíritu aventurero, rebuscador y en permanente lucha que de forma peculiar ha caracterizado al rock colombiano.

Su esposa, Rocío Obregón, ha dedicado el último año a promover su recuerdo. De esta loable labor el trabajo más destacado ha sido la recuperación y difusión de numerosas grabaciones inéditas que dejó Miguel.

Para conocer su obra se creó hace también un año este grupo en Facebook. Recomendado para apreciar fotografías, anécdotas y grabaciones.

Intento de discografía:
- Flippers's Discotheque (Zeida-Codiscos, 1966)
Segundo trabajo discográfico de Flippers. Se reeditaron la mayoría de temas de este álbum en 2002 en el compilado Los 20 mejores de Los Flippers. Pueden escucharse en la red "Winchester Cathedral" (con la voz de Durier) y el instrumental "Impromptu Jazz A Go-Go".
- Gracias por tu amistad/Todo lo que quiero es tu amor (Tenaz-CBS, 1987)
Sencillo producido en Nueva York por Andrew Loog Oldham y que se intentó difundir durante los inicios del polémico furor del rock en español en Colombia. Una grabación casi imposible de conseguir.
- La música más tenaz (Tenaz-CBS, 1987)
Recopilación editada por CBS en la que se incluyó "Solo en la noche" y "No destruyas mi corazón", temas grabados en las sesiones realizadas ese mismo año por Miguel.

Inéditas (1979-2008):
- Do you know
- El Vuelo del cóndor
- Bajo el cielo azul
- Messenger
- Shangai
- Stormy Monday

Para leer:
- vive.in: Las anécdotas de Durier a su paso por Estados Unidos
- El Tiempo: Completa noticia de su fallecimiento por Carlos Solano
- El Blogotazo: Homenaje de Andrés Ospina

Para ver:
- Rockcolombiadocs: De este mismo blog, su último aporte al proyecto la Leyenda

Para escuchar:
- La Silla Eléctrica: Entrevista realizada por este desaparecido programa radial
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domingo, 23 de agosto de 2009

¿Llegó la hora? (1993)

La esperanza despertada en 1993 también contagió en septiembre a la revista Semana.

En un artículo que inexplicablemente ya no puede consultarse en su archivo en línea (haciendo más oportunos los motivos para incluirlo acá), la revista indagaba sobre la marginalidad natural del rock hecho en Colombia, a la vez que veía con moderado optimismo los vientos favorables que con La Derecha, Aterciopelados y Ekhymosis, anunciaban aquel glorioso y mentado cambio generacional.

Claro, aun eran años en los que las reglas de difusión eran impuestas por la intransigente radio comercial y la excluyente industria, años en los que la inaccesible tecnología hacía al roquero soñar con que llegara la venturosa "hora".

Para destacar: La completa información de Piyo sobre los grupos que por entonces nutrían a un irregular "movimiento", con un pop también en formación que en sus tropiezos presentó a dos solistas cuya discografía hoy hace las delicias de burlones nostálgicos. Bendito sea Dios (y lo digo muy en serio) hoy tenemos a Andrés Cepeda, Ilona, Maía y hasta a un Fonseca que, digan lo que digan, jamás le cantará a la manera como suda su amada durante el coito.

¿LLEGÓ LA HORA?

Tras múltiples intentos para establecerse en corriente de la cultura popular, el rock colombiano pretende, una vez más, consolidarse. Hay más discos que nunca.

EL ROCK, DUEÑO DE LA más grande audiencia jamás ganada por música alguna, empezó a llegar a Colombia a finales de los 50, gracias, en parte, al respaldo de Carlos Pinzón. Desde entonces, ha ejercido una notoria influencia en núcleos de la juventud urbana. Sin embargo, nunca ha podido establecerse firmemente dentro de la corriente principal de la cultura popular, a diferencia de lo ocurrido en otros países latinoamericanos como Argentina, Brasil y México. Podría decirse que se trata de un género marginal. Pero ha sobrevivido.

Los intentos de animar una corriente de algo que pudiera llamarse "rock colombiano" o "nacional" no son nuevos. Incluso se han vivido momentos de esplendor, desde la formación de bandas ya casi míticas como los Speakers y los Flippers, a mediados de los años 60, y la realización de legendarios festivales como el de Ancón, en 1971, hasta la integración de conjuntos memorables como La Planta, de donde surgieron músicos que hoy son estrellas mundiales. Es el caso del bajista Chucho Merchán.
También por entonces surgieron otras agrupaciones como Génesis, La Banda Nueva y Malanga, que protagonizaron lo que muchos consideran fue la epoca dorada del rock colombiano. Después hubo, salvo contadas excepciones, un gran bache que terminó en los años 80 con una renovada generación de músicos que emergió principalmente en Bogotá y Medellín. Sobre los escenarios se vieron y escucharon a Compañía Ilimitada, Distrito Especial, Pasaporte y Kraken, bandas de variadas tendencias; otras de sonido más crudo y mensajes más elaborados, como Hora Local, y otras más, absolutamente radicales como La Pestilencia, cuyo álbum independiente titulado "La muerte... un compromiso de todos", fue catalogado por algunos como el más importante disco rock colombiano de la década.

El inusitado boom tuvo su punto culminante en el llamado Concierto de Conciertos de 1988, en el estadio El Campín. No obstante, a partir de ese momento todo parece haber ido en picada. "De 80 mil personas que fueron a esa presentación, bajarmos a 10 mil en el último Concierto de Conciertos en El Salitre", dice Camilo "Pyyo" Jaramillo, cantante de Compañía Ilimitada. Y, en efecto, el rock nacional, como movimiento, ha desnudado sus problemas. Primero: baja demanda de discos, un larga duración exitoso vende cuatro mil copias. Segundo: poca inversión por parte de las casas disqueras, 10 millones de pesos le entregan a una banda promedio para grabar, prensar y promocionar un disco; deben venderse más de dos mil copias para recuperar la inversión. Tercero: escaso apoyo de los empresarios de conciertos -mientras a un español como Alejandro Sanz pueden pagarle 30 mil dólares, a una banda nacional le dan 300 mil pesos y le impiden emplear los mejores elementos técnicos de luces y sonido. Cuarto: desatención de las emisoras, hasta hace muy poco no se ponían con frecuencia las canciones de los conjuntos nacionales. En fin, todo un círculo vicioso.

¿Por qué tanto lío? Según Eduardo Arias, un estudioso de la materia, "es un problema cultural. El movimiento no ha sido continuo. En Argentina, por ejemplo, Charly García lanzó su primer trabajo en 1972; pero sólo en 1985 la CBS le firmó un contrato. En cambio, aquí ha habido muchas pausas. Además, en Colombia no, existe una masa crítica que soporte el mercado. No estamos acostumbrados a comprar discos, como en Argentina o España, donde un grupo malo vende 30.000 copias".

Un grupo de estas bandas colombianas se queja de algunas emisoras. Todo indica, dicen, que los poderosos diskjockeys de la radio comercial, tantas veces cuestionados por su falta de preparación y criterios, acusados por las audiencias y la más seria crítica del rock de vender un sonido falso, esclavo de la revista Bilboard, impiden a veces que grandes sectores de la audiencia aprecien lo mejor del rock mundial y parecen utilizar a las bandas locales para ganar sus guerras de competencia, vetando a los conjuntos que están sonando en la estación contraria.

En cuanto al circuito que debería mantener el contacto entre la audiencia y sus artistas, son muy pocos los locales que arriesgan la presentación de una banda nacional en buenas condiciones. Jaramillo, quien además de músico es propietario de un bar en la Zona Rosa de Bogotá, dice que "los grupos, por desgracia, son una distracción para los clientes, más no una atracción. La gente no los escucha en serio".

Pero la esperanza no se pierde. De aquí al final del año la ilusión de un rock colombiano crece de nuevo. Jaramillo dice que "nunca como ahora ha habido tantos discos de bandas locales en el mercado. En las próximas semanas habrá en los almacenes trabajos de Aterciopelados, Ekhymosis, Kronos, Compañía Ilimitada, Doble UC, Estados Alterados, Perseo, Polygamia, Marcelo Cezán y Tulio Zuluaga, a los que se sumarán los publicados por algunas emisoras".

Y eso que los anteriores no son los únicos conjuntos. Como ejemplos están 1.280 Almas, Raza Gángster o La Derecha, que proponen conceptos también novedosos que llaman la atención. Tanto que La Derecha constituye casi un hito, porque en un país donde se ha mirado de soslayo al rock, mereció una beca nacional de cinco millones de pesos para la realización de un proyecto de creación, otorgada por Colcultura. Es otra muestra de que el movimiento, por más que ha sufrido mucho, tiene grandes posibilidades de que le suene la flauta.

domingo, 16 de agosto de 2009

Hora Local en la muleta de un torero muerto (1991)

El Tiempo, 18 de enero de 1991. Con la publicación de su primer larga duración, se escribía (oh ironía) el principio del fin de una de las bandas más influyentes en la historia del underground bogotano.

La fortuna permitió que Mani Mouré escuchara el sarcasmo y la chispa de las canciones "Matanza en el bar" y "El rock no te necesita" y aceptara visitar Colombia para producir el álbum de Hora Local.

El resultado fue más que satisfactorio para un rock colombiano por entonces aun escaso en obras maestras. Allí confluyeron el humor de "Patiobonito", el aire lúgrube con influencias británicas de "Pasó de todo", "Héroes americanos" y "La chica de Chernobil" o la actitud punk de "Orden público alterado" y "El mundo que los hippies construyeron". Aun hoy podemos disfrutar ese legado gracias a la reedición-tributo Soluciones para todo menos para los problemas, lanzada en 2007 por MTM.

Sin más preámbulos, a continuación la historia de Hora Local y Mani Mouré en los días que planeaban alterar el orden no tan público del underground capitalino.

Hora Local en la muleta de un torero muerto

Despúes del boom de 1989 y del receso de 1990, en el nuevo año parece que será el periodo del decantamiento para el rock colombiano. Es la hora de la verdad para los grupos que sobrevivieron al boom de 1988. Kraken ya va por su tercer disco, Compañía Ilimitada lanzará el suyo en marzo y los integrantes de Hora Local, están metidos de cabeza en el estudio de sonido Ingeson produciendo su primer larga duración. El proyecto de Hora Local puede significar la apertura de un nuevo espacio para los músicos colombianos, pues se trata del primer grupo que se lanza con el respaldo de un sello independiente, Roxy Discos.

Los sellos independientes son pequeñas disqueras que con una mentalidad abierta e imaginativa y un sentido de la aventura, apuestan por las formas alternativas de la música, posibilitando el desarrollo de un sonido nuevo.

Las grandes multinacionales de la industria disquera solo invierten en un producto que ya este probado comercialmente. Las posibilidades de experimentación son pocas y la promoción casi nula. Estas pequeñas productoras fueron uno de los detonantes de la explosión del pop español. Grandes grupos como Duncan Dhu y El Ultimo de la Fila, pudieron llegar al acetato gracias a estos empresarios arriesgados. Mecano, quien ahora graba para la multinacional Ariola se da el lujo de vender un millón de discos.

Atraídos por la experiencia española, Roxy Discos y Hora Local, que son casi lo mismo, se lanzaron a conquistar el mercado nacional con una nueva propuesta.

Los cantantes, Luis Alberto Uriza y Eduardo Arias, el baterista Gonzalo Sagarmínaga; el guitarrista Ricardo Jaramillo, el bajista Fernando Muñoz y el teclista Andrés Rojas ponen la música y Karl Troller, José Gandour, Uriza y Arias ponen el billete.

La producción del disco le fue encargada a Mani Moure, uno de los Toreros Muertos, un especialista en esto de la producción. Para los integrantes de Hora Local la música es una forma de divertirse. Esto no quiere decir que no sean exigentes con su trabajo. Precisamente esa fue una de las razones por las cuales optaron por grabar con un sello independiente. En Colombia, no son muchos los productores de música moderna, la mayoría de grupos de rock que han grabado en este país han tenido que pedir prestados los productores a los baladistas.

Hora Local, en cambio, quiere hacer un trabajo profesional. Son rockeros en todo el sentido de la palabra. Sus canciones no tiene la petulante intención de moralizar o filosofar. Todo lo contrario, a veces recurren al sarcasmo y a la sátira para reírse un poco de las cosas que atormentan a otros. En noviembre de 1988 lanzaron un sencillo que tenía los temas: El rock no te necesita y Matanza en el bar. Este sencillo llegó a España por el correo de la brujas, José Gandour, se los mostró a Mani Moure y allí empezó la aventura de Roxy Discos y Hora Local.

Los planes de Roxy Discos no se agotan en el proyecto de Hora Local. Lo que viene es más interesante. Se trata de romper un poco con la cultura del concierto de bar y del concierto macro, tipo Bogotá en Armonía para promocionar más, pequeños conciertos ante unos 800 o mil espectadores.

lunes, 10 de agosto de 2009

La Pestilencia (1989-2009)

Nos unimos a la gira que nuestra Pestilencia, nuestra leyenda viva del punk y el hardcore, realiza desde el pasado fin de semana en conmemoración de los veinte años de su debut discográfico: La muerte... un compromiso de todos.

Así lucían sus integrantes en 1989, cuando un Dilson Díaz radicado en Bogotá, acompañaba su voz con el bajo de un Héctor Buitrago aun sin aterciopelarse, una guitarra de Francisco Nieto aun sin girar a la derecha y la batería de Jorge León Pineda, quien apenas empezaba a incursionar en el periodismo. Un documento para el recuerdo (y tal vez para el olvido de otros), extraído del programa La fuerza de la historia, realizado por Nohora Rodríguez para Cenpro TV.



La vida quiso que Dilson se fuera con su música a su natal Medellín y que hasta hoy siguiera manteniendo vivo el aguerrido sueño de dejarse de servilismos, de desmontar esta farsa, de recordarnos que todo es caos en la nación.

"Vive tu vida" (Rock al Parque, 1996)


"Desmontemos esta farsa" (Rock al parque, 1997)


"Fango" (Don Hills, New York, 2005)


Feliz aniversario y feliz oportunidad de recordar los días que antecedieron a la época dorada de Productos desaparecidos, de Grammys Latinos y MTVs.

martes, 4 de agosto de 2009

Haciendo patria a golpes de rock (1993)

20 de julio, fiesta nacional. 1993, el anuncio inusitado de que la hora del rock colombiano al fin llegaba.

La fecha ha sido oportuna para la prensa para preguntarse sobre los que "hacen patria" (no es labor de este blog definir una expresión tan ambigua y llena de vicios ideológicos). Así que en la edición de El Tiempo del 20 de julio de 1993, su página cultural se dedicó por completo a ese nuevo movimiento.

El paso de los años permite juzgar el exagerado entusiasmo de la nota, la absurda insinuación al contexto político que el lector sabrá localizar y (también es menester decirlo) la completísima información sobre los actores del rock nacional en 1993 entre bandas, productores, pinchadiscos y agentes estatales.

Haciendo patria a golpes de rock

En un mundo donde la electrónica, los sistemas y la contaminación son la rutina de veinte millones de colombianos, la nacionalidad no se construye solamente con ruanas y carriel. Entonces, si estamos en una era donde los alpargates pueden ser de fibra sintética, y los fríjoles antioqueños se venden enlatados, porque no pensar en la posibilidad de un rock nacional. No es chauvinismo musical o júbilo veintejuliero, pero lo cierto es que los rockeros colombianos por fin rompieron el florero del imperialismo musical anglosajón, inclusive el chapetón, y preparan una contraofensiva que ya tiene unas cabezas de playa en ciertas emisoras y sellos disqueros.

Esta utopía del rock nacional es un sueño que muchos vienen acariciando desde hace 30 años, pero al parecer sólo hasta ahora se dan todas las condiciones necesarias para que eche raíces, la apertura musical algo tiene que ver el que tengamos presidente rockero es total.

Especialmente en la radio, un medio muy conservador y donde imperó durante mucho tiempo la dictadura de la Billboard y lo único que se escuchaba en español era la publicidad y cuando los locutores daban la hora.

Sin embargo, la fuerte competencia por la audiencia obligó a los programadores a arriesgar en busca de nuevos sonidos y ritmos que atrajeran más público. En el momento, la cadena Radioactiva, que posee once emisoras en todo el país, adelanta una campaña institucional de promoción a los grupos nacionales, la cual incluye la programación de las canciones y la publicación de reportajes con cada uno de los grupos.

La respuesta ha sido sorprendente y ya son varios los que se han metido en los primeros lugares como Poligamia, Toke de Queda, Aterciopelados, Ekhymosis y Kronos.

Andrés Nieto, disjockey de la emisora y quien lleva ocho años en el medio de la radio en Colombia, dice: hasta hace unos años los medios no se ocupaban de lo nuestro e idealizaban lo de afuera. Solamente lo hacíamos cuando triunfaban en el exterior. Sin embargo, hace dos años, cuando la emisora decidió promocionar las actividades de los colegios, se vinculó a la organización de una especie de murgas electrónicas. Lo que vimos nos sorprendió mucho, había mucho talento, tanto que los dos grupos ganadores, Poligamia y Zigma ya grabaron un sencillo y lograron ubicarse muy bien en la emisora.

La campaña marcha viento en popa y la Philips de Colombia firmó un contrato con la emisora para producir un compilado con temas de los grupos que logren entrar en programación. Según Miguel Muñoz, jefe de repertorio nacional de Philips, el disco se va a producir en los tres formatos: casete, larga duración y compacto, hasta el momento están asegurados: Aterciopelados, Iván y Lucía, Zigma, La Derecha y Monóxido.

Hernando Romero Barliza, programador de 88.9, la emisora más escuchada de Bogotá, este movimiento es más sólido que el de hace cuatro años, los grupos tienen más calidad y además buscan nuevos estilos y como para nosotros la calidad es un elemento básico, por eso los incluimos en la programación. Obviamente que lo hacemos con los que encajan con los criterios de programación de la emisora .

A pesar de que ya existen los espacios, todavía falta mucho. Son pocos los grupos colombianos que suenan en la radio con las condiciones técnicas necesarias; es decir que cuentan con disco compacto y distribución en las tiendas de discos, entre ellos se cuentan: Ekhymosis de discos Fuentes, Kronos de Sonolux, Doble UC, de Sony y en las próximas semanas Estados Alterados.

Las otras bandas han realizado sus grabaciones en pequeños estudios y sólo poseen una pequeña cinta que van repartiendo de emisora en emisora a la espera de que los programen. En este campo, la Emisora Javeriana se ha convertido en una especie de hada madrina musical, ya que presta sus estudios sin ningún costo para que los grupos graben uno o dos temas. La única contraprestación es que una copia de la cinta queda para la emisora. De esta manera se grabó el tema Mujer Gala de Los Aterciopelados, que ya se encuentra en el lugar 16 de los listados nacionales de Radioactiva.

Proliferan entonces los sellos independientes. Mediante este sistema los bogotanos de Agata, acaban de lanzar su primer larga duración. En Medellín el ingeniero Víctor García facilita su estudio Midi Mix, para que graben los grupos de esa ciudad.

Dónde tocan Para no romper con la tradición del rock, las bandas colombianas han forjado su carrera tocando en bares y discotecas. Esos son los escenarios favoritos. En Bogotá proliferan los bares de música alternativa, donde casi todos los viernes y sábados hay un grupo tocando. Entre ellos están Transilvania, Vértigo Campoelías, Bolíbar y últimamente Anyway que iniciará próximamente un ciclo con bandas todos los jueves. En dicho bar han tocado grupos como Enanitos Verdes, Inner Circle y Caifanes.

Es tan sentida la movida rockera en Bogotá que el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, cuando convocó el II Festival de Música Joven, tuvo que organizar un ciclo exclusivo para el rock, ante la proliferación de grupos que se inscribieron. En total participaron 18: Pensamiento Oculto, Monóxido, Cazabe, Casandra, Carpe Diem, Lakesis, Aterciopelados, The Dramatics, P.D.C, Ritual, Diamond Ace, La Corte, Hades, Ankora, Skepsis, Sentencia, Sangre Picha, Darkness y Kilcrops. El festival culminó con una gran jam session en el teatro Jorge Eliécer Gaitán.

Definir estilos y tratar de identificar las tendencias sería pretencioso. Hay de todo, desde metaleros impenitentes hasta desteñidos baladistas. Sin embargo, predominan los que los críticos llaman alternativos , una definición en la que caben todos los que no caben en las otras definiciones. Por eso mismo no vale.

Entre los rockeros colombianos los mejores organizados y los que han obtenido mejores cosas son los paisas. Estados Alterados logró hacer que su video rotara por el MTV en español. Kraken tiene un público cautivo en Venezuela y últimamente la banda Juanita Dientes Verdes consiguió una mención positiva en la revista Eres, una de las de mayor circulación en México y el sur de Estados Unidos.

Este grupo, integrado por Guido Isaza, Luis Guillermo Hoyos, Juan David Villa y Juan Berdugo acaba de lanzar un supersencillo con la disquera Codiscos que incluye las canciones: Pintando Azul, Aeiou y Plácido Domingo.

Pero para no caer en la euforia y para que este movimiento siga creciendo hay que tener cuidado y no caer en la tentación de desperdiciar la energía en estrellitas con cara bonita y cero de talento, que repiten como robots los versos que les obligan a memorizar una tropilla de publicistas. Es decir, y parafraseando a María Inés, la manejadora de Estados Alterados: que no se tiren el mercado .