Los hippies se comercializan (1969)

El Tiempo, 29 de diciembre de 1969. El movimiento hippie arranca con cada vez más fuerza en las ciudades colombianas. En Bogotá la calle 60 ya está siendo invadida y pronto vendrán los años de Lijacá, el Festival de la Vida y el ponderadísimo Ancón. Bajo esa inspiración el rock colombiano pronto será distinto. Bajo el interés que esta cultura representaba, la periodista Silvia Jaramillo les dedicó un artículo que saldría publicado en la primera página del diario capitalino.

A continuación algunos apartes que reflejan el interés de la gran prensa por este nuevo movimiento. Allí se perciben sentimientos que van de las ganas de tener una ciudad cosmopolita al abandono de unos prejuicios para afianzar otros.

Siempre que nace, surge o continúa un movimiento de cualquier índole, ya sea político, racista, belicista, religioso y aun pacifista, la pregunta de rigor -más bien de "cajón"- es qué filosofía tiene. Sin embargo, y como excepción, existe en Bogotá, por allá en la calle 60 en un callejón que bien podría denominarse "de comerciantes", un grupo que no quiere ser hippie, a pesar del pelo largo; que no se considera vagabundo, porque a decir verdad, trabaja; que no es "drogadicto", porque ya superó esa etapa; que no es adicto a la "cannabis", porque no necesita de desdoblamientos [...]

Este grupo del camellón de la 60, abajo del parque que laboraron y adornaron, no por ayudar a la Sociedad de Mejoras sino por realizarse en los gajes del arte y del amor [...]

Éste es a grandes rasgos un movimiento algo excéntrico, por cierto. Que no es compuesto, en todo caso, por homosexuales ni drogadictos, ni menos por delincuentes [...]

Y en el período en que se realizarán los Juegos Panamericanos, el "Grupo de la 60" invita a 'todas las juventudes' -se aspira a concentrar unas 500.000 personas- a un festival de "rock-ha-cido-vallenato", para que Colombia también pueda disfrutar de la música en el campo libre, "sin distingos de clases económicas y sociales" [...]

.