domingo, 15 de marzo de 2009

Rock de por acá (1987)

En 1987, con los vientos favorables que venían de Chile, España y Argentina, parecía que llegaría (otra vez) la anhelada hora del rock colombiano. De ahí que volvamos a leer una retrospectiva más.

En ese ambiente se organizó en el teatro al aire libre La Media Torta de Bogotá el pomposamente llamado "Primer Festival de Rock Colombiano". Allí se dieron cita los tres grupos más destacados del movimiento pop-rock en español de los años 80: Compañía Ilimitada, Sociedad Anónima y Graffiti (que poco antes de lanzar su primer álbum cambiaría su nombre por Pasaporte).

La revista Semana habló el 4 de mayo de 1987 sobre las expectativas que este concierto generaba para el futuro de un movimiento rockero ya no tan raquítico pero si bastante anónimo.

No se dice en el texto, pero para el recuerdo quedaron la desorganización del evento, la prematura mezcla de grupos de metal y punk con agrupaciones de pop-rock, los desmanes protagonizados por el público y el heroísmo de Elsa Riveros al querer seguir cantando sobre la tarima a pesar de tener una ceja rota por un monedazo ("no me voy a dejar de estos hijueputas", sentenció ante sus compañeros de banda). Ese sería su debut en lo que luego se conocería como Pasaporte.

ROCK DE POR ACA
El movimiento rockero colombiano entró definitivamente en la onda


El rock en Colombia cogió ritmo propio. Con el respaldo de una casa disquera, lo que era un movimiento "subterráneo" que batallaba en bares, bailaderos y garajes ahora sale a la luz pública para ponerle la cara al mundo comercial. El primer gran "careo" con la juventud será en el Primer Festival de Rock Colombiano, que se realizará el próximo fin de semana (10, 11 y 12 de abril), en el teatro al aire libre La Media Torta de Bogotá. Sin embargo, para llegar a este momento decisivo se necesitó de un proceso que se inició hace veinticinco años.

Los orígenes de la música moderna en Colombia se pueden trazar desde mediados de los años sesenta, cuando en el país irrumpieron grupos como Los Flipers, Vips, Tapus, Speakers, y cantantes como Oscar Golden, Vicky y Harold, entre otros. Mientras tanto, el rock, la música moderna, en Inglaterra y Estados Unidos se desarrollaba vertiginosamente, evolucionando hacia nuevas posibilidades musicales. Sin embargo, a mediados de los setenta vuelve a darse un desarrollo grupal a nivel colombiano.

Por primera vez, como golondrina en verano, un grupo criollo, Banda Nueva, lanza al mercado todo un disco de rock en español. También nacen grupos como Crash, Bandido, Ship, Merlín, Albatrós y La Banda del Marciano, cuyas producciones eran ya propias pero todavía permanecían atadas al mismo esquema, puesto que, como grupos marginales que eran, les resultaba más comercial tocar temas en inglés. La historia se repite y la vida de estos grupos resulta truncada debido, entre otras cosas, a las dificultades para llegar a una gran cantidad de público. Entonces llegan los años ochenta y con ellos la gran avalancha de música "disco" que acalla el desarrollo de la música moderna en Colombia.

A partir de 1985 surge lo que se denomina la "tercera generación" rockera en Colombia. Pareció, en un principio, que este nuevo movimiento estaría condenado a repetir la historia. Pero se dieron cambios sustanciales y realmente inesperados que hoy en día, a dos años de ese inicio, entregan los frutos de su arremetida. Así, grupos como Compañía Ilimitada, Grafiti, Sociedad Anónima, Relax, Eclipse y Naturaleza, entre otros, toman la vocería de la gente joven.

Por esto ya se ha dado una creación y una difusión del rock en español para llenar el vacío que en esta modalidad había en el país. Para que todo lo anterior no se quedara en puro acto de fe y resultara un movimiento coordinado, se necesitó no solamente el apoyo del público, sino también el de una casa disquera que encaminara las nuevas creaciones hacia el mercado nacional. Y es en este punto que la nueva generación rockera rompe el mito. Manolo Bellon, experto en música pop y comentarista de El Tiempo, opina que está renaciendo el movimiento rock en Colombia y que con su masificación se abrirán los parámetros musicales que el público conoce, y así también para abrir las puertas a los medios de difusión: "Desde el año pasado, especialmente, en las listas suramericanas sale una cantidad de grupos. Ante esto, lus casas disqueras abren los ojos, y la CBS, viendo que las condiciones están dadas para que realmente se de un renacimiento, arma lo que en la práctica se llamaría un 'taller', comprometiéndose a sacar adelante a los grupos nacionales. Y algo va a pasar. Ahora falta que todo el público crea. El rock en este país es una grosería, y eso no es justo".

ENCUENTRO SONORO

Ahora, cuando todo parece propicio para su despegue definitivo, llega el Primer Festival de Rock Colombiano, coordinado por el grupo Autoteatro, "con el ánimo de incentivar y apoyar el movimiento de rock nacional". Para tan sonoro fin va a reunir, con el auspicio del Instituto Distrital de Cultura y Turismo, a varios grupos nacionales, incluido un grupo de Tunja, que llega a desbancar la vieja opinión de que después de Los Carrangueros, Boyacá quedaría solamente sonando en las listas del mercado "agrícola". Durante tres días, estos grupos tendrán "la oportunidad de mostrar sus largos e inagotables trabajos silenciosos". Al respecto, Carlos Posada, integrante del grupo Sociedad Anónima, comenta: "Estamos convencidos y tenemos una actitud muy positiva porque sabemos que partiendo de este momento en el que se está organizando un evento de tan grandes magnitudes, se va a crear un movimiento entre los músicos nacionales que va a dar pie para que por fin se cree el cambio que todos estábamos esperando".

LA PIEDRA FILOSOFAL

Desde sus principios, el rock fue tomado como un movimiento anárquico, dentro del cual la juventud podía "echarse a perder". Esta música fuerte, acompañada de textos livianos que hacía que todo joven pareciera como epiléptico, convulsionó al mundo. Cargando con todo un bagaje de textos y melodías, los nuevos grupos de rock en Colombia, sin desconocer su contexto, sus raíces, comparten el interés por difundir un mensaje que le sea propio a cualquier joven, pero en especial, a cualquier joven colombiano. Así, sus textos resultan ser una amalgama de temas cotidianos, simbólicos, sentimentales y hasta irónicos, que reflejan positivamente la forma de pensar y de sentir de nuestra juventud: "En mí, el mensaje, si existe alguno, pretende lanzar conceptos e ideas que la gente pueda asir. Yo pongo las fichas en el tablero estableciendo un juego entre mi Yo y el oyente, donde cualquiera puede salir ganando", explica Camilo Jaramillo, integrante del grupo Compañía Ilimitada.
En todo caso, veinticinco años de andar sonando le han servido al rock no solamente para ampliar sus vías y formas de comunicación, sino también para "componer" su imagen y la concepción que de sus músicos tenía el público. Pablo Tedeski, integrante del grupo Grafiti, lo resume así: "El ambiente del rock se ha limpiado a través de los años. Ahora, el ambiente es sano, no de santos". Por el momento, y desde esta perspectiva, el movimiento rockero en Colombia recupera sus pasos perdidos.

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