jueves, 29 de octubre de 2009

Hora Local (1988-1991)


De Hora Local poco sabrían las actuales generaciones rockeras de no ser por la persistencia de Adelaida Callejas, quien hace dos años logró reunir de nuevo a los protagonistas de este fabuloso capítulo del underground rolo de finales de los 80.

A la unión de unos viejos amigos y la reedición de sus "obras completas" se agregó la gratitud de Carlos Vives, Pornomotora, Nawal, Aterciopelados u Odio a Botero; músicos hoy exitosos y reconocidos que antes de poner en marcha sus actuales sueños se deleitaron con las canciones de Hora Local. El resultado quedó plasmado en el álbum doble Soluciones para todo menos para los problemas, que en este artículo de Juan Carlos Garay se catalogó dentro de las grandes sorpresas discográficas colombianas de 2007.

De su primer sencillo extraemos fragmentos de "El rock no te necesita", acompañados de una entrevista a Eduardo Arias realizada a principios de 1989, en la que comenta las influencias y expectativas de la banda.



De su LP Orden público alcanzaron a realizarse cuatro videoclips. De esa colección conservamos "La chica de Chernobil" y "Londres". Llama la atención a pesar de las limitaciones, la apuesta por acudir al cine, formato inusual en el videoclip colombiano de esos años.



sábado, 24 de octubre de 2009

Café Express (1989-1990)


Café Express
fue el sueño de Álvaro Gaviria por hacer música pop a finales de los 80, en medio de la certeza mediática de que en Colombia hacer semejante música era posible.

Su trabajo contó con el valioso respaldo de Óscar Acevedo y Toño Castillo, personajes ligados a los estudios y la música publictaria de la época y por el realizador audiovisual Santiago León, quien dirigió dos de sus videoclips y los ha subido a Youtube.

A pesar de no despegar al recuerdo masivo, quedan algunos hitos que deben revisarse con juicio: Café Express alcanzó a editar hasta 1992 tres larga duración, cifra excepcional para la época que había sido alcanzada dentro de su generación solo por Compañía Ilimitada o Kraken; con esta última banda comparte el honor de tener los primeros álbumes de rock colombiano editados en CD (Mejor vivir y Kraken III) y por último, se dio a la tarea de grabar dos temas en una especie de ensamble de "All Stars".

El primero de ellos vio la luz a finales de 1989 bajo el título de "Cantar". En una suerte de We-are-the-world-we-are-the-children a la colombiana, se invitó a integrantes de la reducida pero entusiasta escena rock-pop de la época a cantarle a la paz. Los que nos convocan en este blog (y honestamente, identificamos) son:

0'41" Elsa Riveros de Pasaporte
1'11" La voz en off de Carlos Iván Medina de Distrito Especial
1'18" Jackie Rozo de Zona Postal
1'36" La imagen de Elvis de Estados Alterados
1'55" Compañía Ilimitada (¡Qué joven estaba Piyo!)
2'45" Alerta Roja
3'20" Elkin Ramírez de Kraken
3'27" Jorge Fresquet de Kronos

También colaboraron en los coros los integrantes de Xolo Digital y Signos Vitales. Todo un documento que suple la ausencia en la red de material de la mayoría de estos artistas.



En 1990 la fórmula se repitió con la canción que dio título al álbum Mejor vivir. En esta grabación aparecen:

1'04" Elsa Riveros
1'22" La aguardientosa e inolvidable voz de Felipe Zuluaga "Zulu" (pronto hablaremos de Mango)
1'56" Carlos Vives en sus años actorales y poperos (muy pronto también videos suyos).


Ya en los noventas el sueño de Gaviria terminó. Como en el déjà vu de marras de nuestro rock, la hora de emprender otros caminos profesionales había llegado. Quedaron así hitos que hoy a través de la red pretenden tener el valor público que su momento les fue negado.

martes, 20 de octubre de 2009

Alternoventas bogotanos (1995)

En una entrada pasada presentamos un aporte a las celebraciones de la edición número quince del festival Rock al Parque.

De ese mismo documental realizado en 1995 por María Victoria Cortés para Colcultura, presentamos dos presentaciones de grupos hoy disueltos: Monóxido y Yuri Gagarin. Dos caras del rock alternativo que se hizo en Bogotá en los años 90.

A pesar del indiscutible talento de ambas bandas, sus caminos por la industria discográfica fueron disparejos. De Monóxido alcanzó apenas a editarse una canción grabada para una recopilación de rock colombiano editada por Radioactiva (en lo que fue la presentación en sociedad de La Derecha y Aterciopelados). Imperdible en su video la aparición de algunos históricos en tarima: el musicólogo y periodista Ángel Perea como presentador de las jornadas del festival en el parque Simón Bolívar y Ernie Becerra con Alexei Restrepo como respaldo en las guitarras de la banda.



Por su parte, los tocayos del primer humano cosmonauta lograron editar dos larga duración (Los Demos y Yuri Gagarin) antes de su retorno a tierra en 1999. Guillermo Morales (incorporado a los Gagarin en 1998) sigue haciendo historia hoy como baterista de la excelente banda Delavil. Acá los vemos en un estadio Olaya Herrera inusualmente cedido para el rock.


jueves, 15 de octubre de 2009

Los abuelos del rock paisa (2003)


De gran valor es el escrito que presentamos en esta entrada, autoría de Paulo Cepeda y publicado por El Tiempo, 4 de mayo de 2003.

Sabiendo la abundante información que por años la prensa antioqueña ha brindado sobre las bandas de rock de su región, es una pena que hoy el material de sobra que de ellas se escribió no sea tan fácil de consultar. Por eso valoramos que lejos en épocas y espacios, un diario capitalino haya abierto alguna vez un espacio a hablar de dos proyectos históricos del rock colombiano: Nash y Carbure.

De la persistencia de ambos proyectos, debemos las fabulosas olas de bandas paisas que desde los años 80 han nutrido de forma notable al rock hecho en Colombia. La potencia de Carbure sería escuchada por aquellos que luego harían Parabellum, Kraken o Masacre. Luego de Nash, la experiencia de un Víctor García serviría en los estudios de Medellín para darle el primer empujón a Bajo Tierra, Ekhymosis y Estados Alterados.

Las luces se apagaban, la guitarra emitía un sonido como de cajita musical y su cantante y showman parodiaba un muñeco de cuerda. Mientras caminaba entre la neblina, un haz de luces de colores irrumpía en el escenario e iluminaba los rostros maquillados de los músicos.

No era precisamente Alice Cooper en concierto, sino Judas, la legendaria banda de rock de Medellín recordada por la vieja guardia roquera. Corría el año 1975 y el desaparecido Sergio Lombana entonaba con su voz rasgada: En tu mente /está presente / esa ideade la muerte /que acompañaal vivo y al inocente Esta estrofa es de la Canción de Judas, la obertura de su ópera de rock presentada en el Teatro Pablo Tobón Uribe y que montaron tras quedar deslumbrados con Jesucristo Superestrella. Por al grupo lo bautizaron Judas.

Esa presentación era todo un hito y como teníamos que lucir como verdaderas estrellas, la deuda para adquirir botas y chalecos nos duró tres años y mi mamá que fue la fiadora tuvo que colaborarnos , dice su guitarrista líder Jorge Calderón.

Era pura mística y amor al arte. No tenían dónde ensayar y todo era contra la corriente. Por eso todo fue en vivo y nunca grabaron, pero a los jóvenes les gustaba. Los adultos, en cambio, se reían diciendo: Esos peludos marihuaneros qué ruido hacen , recuerda Calderón.

En 1971 Calderón conoce al baterista Jorge Montoya con quien se da a la tarea de formar a Judas y en 1974 lo consolida con Edgar Echavarría (guitarra rítmica), Sergio Lombana (voz y showman) y Nicolás Londoño (bajo).

Así surgió la banda más representativa de rock duro en la ciudad, luego de que en las décadas anteriores del gogó, el yeyé y Elvis Presley, Los Yetis se colgaran por primera vez una guitarra, cosa que era todo un suceso, e interpretaran twist.

En ese entonces nadie cantaba en español porque la gente decía que era muy mañé dice Calderón . Por eso para darle gusto a la gente la mayoría de canciones eran covers de los grupos de los que nosalimentábamosi como Black Sabbath, Led Zeppelin, Depp Purple o Rolling Stone, entre otros .

En una terraza de la carrera 70 con circular cuarta, Judas realizaba conciertos cada 7 de diciembre y en esa esquina se aglomeraban hasta 5.000 personas. Sin embargo, los mejores conciertos fueron en el Coliseo Mayor de Medellín y en de El Campín de Bogotá, como teloneros del grupo inglés The Musicians. Eso fue una crema la verraca.

Medellín, con fama de rockera Calderón recuerda que otros de los grupos de ese entonces eran Ensalada de cerebro y Los Cavernícolas, pero la competencia de Judas se llamaba Sobredosis. Estos dos últimos grupos, luego de que a finales de los 70 se desintegraran, dieron paso a Carbure y a Nash a principios de los 80.

Nash éramos los bacanes de pelo largo, 1,90 de estatura y parecíamos un grupo extranjero por el maquillaje y los instrumentos. Ensayábamos a diario y tocábamos covers, pero era un rock muy elaborado por la onda de Queen y a los adultos les gustaba , dice su baterista Hernán Cruz. Grabaron dos discos con sus más sonados The wepin silence o Running withe face city boys.

Nash se presentaba en teatros como el Odeón 80, el Lido y el Tropicana. También en San Andrés, Pasto, Cali y Bogotá donde en dos ocasiones estuvo en Espectaculares JES, con la venia de Armando Plata Camacho.

En cuanto a Carbure su nombre surgió en una reunión espeluznante - según Calderón y sus canciones más conocidas y propias fueron El Faltón, de gran difusión radial, así como Hombres en serie y Carne y hueso. Lastimosamente encima de los master originales grabados en Discos Victoria grabaron vallenatos.

A mediados de los años 80 ambos grupos se desintegraron y a pesar de que fue de cierta manera una moda que incluía alcohol y marihuana, esos grupos motivaron muchas camadas de jóvenes que formaron grupos de rock , concluye Calderón quien hoy en día impulsa a nuevos talentos a través de Calderón Producciones.

Por su parte Cruz, quien actualmente integra el grupo de jazz Alcatraz y es profesor de batería en Yamaha, dice que la ciudad ha tenido fama de roquera y el género ha evolucionado a géneros como el hard core, pero lo mejor es que el músico ya no toca de oído sino que estudia y se preocupa por otras tendencias.
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martes, 6 de octubre de 2009

21 años en Contacto


Hoy 6 de octubre se lanzó la esperadísima edición conmemorativa de Contacto, aquel álbum emblemático del pop colombiano de los años 80, aquel primer álbum de la eterna Compañía Ilimitada de Juancho Pulido y Camilo "Piyo" Jaramillo.

En 1987, ya con más de diez años de trayectoria, Compañía Ilimitada viajó a Miami a grabar el que sería apenas su segundo trabajo discográfico y su primer larga duración. Luego de un juicioso trabajo de pre-producción coordinado por Andrew Loog Oldham, la banda ya convertida en dúo fue contratada por CBS. Aventurados a hacer una estancia de un mes en Estados Unidos, terminaron realizando un trabajo de cinco meses en el que acabaron indocumentados y endeudados.

Terminada esa dura experiencia (a la que el rock colombiano siempre se ha acostumbrado), el álbum fue lanzado a mediados de 1988, esperando intencionalmente la explosión en Colombia de la moda del "rock en español". Para tal fin, se realizó un concierto en el desaparecido Teatro Almirante (en la 85 con 15) en el cual a Juancho y Piyo los acompañaron en la banda de soporte músicos que también hicieron y harán historia en Colombia: Nacho Pilonieta (proveniente de Ship), Luis Fernando Ochoa (quien antes de su notable carrera en los estudios empezó tocando en Nash) y Gerard López, que luego formaría la banda Signos Vitales. De esos días data la promoción del exitoso sencillo "La calle".

De ese álbum resultaron canciones muy interesantes: "Amigo", un reggae secuenciado escrito en forma de guiño a San Andrés; "Cometas", una sorprendente y arriesgada rajaleña eléctrica que aquí es explicada por Juancho (minuto 5'13") y por supuesto "Siloé", un homenaje a la arquitectura del popular barrio de Cali que ya se había grabado en 1984. A continuación el videoclip de esta última.



El esfuerzo inmediato de meses y la esperanza de años, se materializaron en el Concierto de Conciertos. Aquí vemos, precisamente, la memorable apertura de Compañía Ilimitada de un evento que hizo historia en la Bogotá ochentera.



Y hoy, como hace dos decenios, el lanzamiento de Contacto 2009 estuvo precedido de expectativas algo postergadas. Hace un año, con las celebraciones de los veinte años del Concierto de Conciertos, ya se anunciaba que vendría una reedición de este material. Pero como toda obra grande requiere de paciencia en su hechura, el nuevo Contacto se hizo esperar hasta este año, ya lejos de cabalísticas conmemoraciones. Así que para su lanzamiento definitivo se optó por recordar que en 1989, hace veinte años, la balada "Siempre estaré" era número 1 en la radio colombiana.

En este sitio web oficial, se describe el resultado final: una nueva versión de "Siempre estaré", interpretada al lado de Maía, un DVD con la videografía del grupo y un libro anexo coordinado por Andrés Ospina -el juicioso cronista de la historia del rock colombiano- con notas de los periodistas Sandro Romero, Daniel Samper Ospina y Gustavo Gómez.

No queda más que felicitar y desear larga vida a este dueto insignia del rock colombiano. Que este nuevo paso ojalá haga justicia con el heroico lugar de Juancho y Piyo en un movimiento pop que en Colombia ha estado a veces tan lleno de merecidas flores de un día, predecibles lugares comunes y malas copias de lo ya probado.
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jueves, 1 de octubre de 2009

Audiovisuales y rock en Colombia (fragmentos para una investigación) II

Cerramos esta revisión sobre la relación entre el rock y el audiovisual en Colombia, con dos listados. El primero, un bosquejo realizado con muy poco rigor sobre algunos de los documentales para TV que se han metido con el rock colombiano. Además, cerramos con una lista (esta si completa) de los largometrajes en cine que en su música original o sus bandas sonoras han involucrado a músicos formados en la escena rock.


Televisión (series documentales). El rastreo de estas fuentes aun es más difícil debido a la desaparición de la mayoría de productoras que hasta 1998 hacían televisión en Colombia. Salvo Antaño y hogaño (1958), tal vez la primera referencia audiovisual a la generación que vio llegar el rock and roll, no tenemos datos sobre trabajos que aborden el tema de manera central hasta los años ochenta.

Saltando a los trabajos realizados en las últimas dos décadas, se destaca especialmente "Historia en tiempos de rock" (Nohora Rodríguez, 1989), título dado a cuatro capítulos de la serie La fuerza de la historia de Cenpro TV (aquí un fragmento sobre Crash, otro con Hora Local y otro dedicado al punk). A pesar de su vejez y de algunas imprecisiones, es dentro del material disponible a la fecha, el trabajo audiovisual más ambicioso sobre la historia del rock en Colombia.

Sin ahondar en producciones recientes, debemos destacar algunas emisiones que el desaparecido Colcultura produjo para sus series de TV Señales de vida e Imaginario, las cuales destacamos por su carácter pionero: Compañía Ilimitada en 1990 (uno de los primeros documentales colombianos dedicados por completo a un grupo de rock), El rock nunca morirá en 1991 (un vistazo a testimonios de diversa procedencia sobre el valor cultural del rock) y los primeros trabajos audiovisuales dedicados a Aterciopelados (1993) y a Rock al Parque (1995). La serie también dedicó programas al menos a dos pioneros: Dr. Rock y Ernie Becerra, ambos realizados en 1995.


Música de rockeros en el cine.
Fuente: Largometrajes colombianos en cine y video, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano


Una mención especial merecen los largometrajes que en su música original o en su banda sonora se han valido de rockeros, costumbre que en el segundo apartado, por motivos comerciales se va hacendo cada vez más frecuente e inclasificable.

El listado lo inicia Reencuentro (Jorge Sáenz, 1980), donde participaron los ex-Malanga Alexis Restrepo y Augusto Martelo (quien también diseñó el cartel que aquí vemos).

Un reconocimiento especial merecen los ex-Hora Local Gonzalo de Sagarmínaga y Nicolás Uribe, quienes además de llevar una dilatada trayectoria en televisión, han participado juntos en la música de las películas de Sergio Cabrera La estrategia del caracol (1993) y Águilas no cazan moscas (1994), la trilogía De amores y delitos (Heriberto Fiorillo y otros, 1995) y El colombian dream (Felipe Aljure, 2006).

Por separado, Sagarmínaga colaboró en Golpe de estadio (Sergio Cabrera, 1996), Todo está oscuro (Ana Díez, 1998), Soplo de vida (Luis Ospina, 1999) y La primera noche (Luis Alberto Restrepo, 2003); mientras que Uribe hizo lo propio en Secuestro (Camila Motta, 1992), Las fábricas del agua (Luis Alberto Restrepo, 2000), Como el gato y el ratón (Rodrigo Triana, 2002), La historia del baúl rosado (Libia Stella Gómez, 2005) y El ángel del acordeón (María Camila Lizarazo, 2008).

Por su parte, las bandas sonoras han tenido desde los últimos diez años generosos espacios para artistas de rock o músicos a la manera de los anteriores, formados en este género. Diástole y Sístole (Harold Trompetero, 1999) abrió ese camino con el grupo Ión y le siguieron Tato Lopera, La Derecha y Ciegossordomudos en Kalibre 35 (Raúl García, 2000); las 1280 Almas contribuyeron al sonido de los largometrajes Madrugada (Felipe Paz, 1999) y Malamor (Jorge Echeverri, 2003). Por su popularidad, Aterciopelados ha figurado en varios trabajos: El séptimo cielo (Juan Fischer, 1999), donde también aparece la música de Iván Benavides; Bolívar soy yo (Jorge Alí Triana, 2002); Rosario Tijeras (Emilio Maillé, 2005), al lado de Juanes, y La milagrosa (Rafael Lara, 2008), con The Hall Effect y donde también repite el cantante paisa.

Otras cintas para tener en cuenta son Bogotá 2016 (2001), con música de Juanita Dientes Verdes en el corto de Pablo Mora ¿Quién paga el pato?; El carro (Luis Alberto Orjuela, 2003), con temas reciclados de Mario Duarte; Sumas y restas (Víctor Gaviria, 2004), con música original del ex-Nash Víctor García y Violeta de mil colores (Harold Trompetero, 2005), donde Iván Benavides vuelve a participar. En Las cartas del gordo (Dago García y Juan Carlos Vásquez, 2006) se incluyó música del naciente grupo Delavil y en El colombian dream (Felipe Aljure, 2006), además de los ya mencionados, participaron Sociedad Anónima, Coffe Makers y otra vez Ciegossordomudos. Como dato curioso, la excelente banda Diva Gash dio sus primeros pasos en la banda sonora de After Party, The Movie (Julio César Luna y Guillermo Rincón, 2002), aquel trabajo recordado más por el justo modo como la crítica lo ha ridiculizado.

Finalmente, entre los estrenos recientes en Colombia, figuraron Perro come perro (Carlos Moreno, 2008) con el conocido tema de Superlitio; Yo soy otro (Óscar Campo, 2008), cinta que incluyó música del grupo caleño La Fábrica; y El arriero (Guillermo Calle, 2009), con la participación de Malalma, Systema Solar y Bomba Estéreo.

Nota: Actualizamos el listado con sorpresas aportadas por la primera generación del rock colombiano. La legendaria Columna de Fuego aportó dos canciones a la cinta Préstame tu marido (Julio Luzardo, 1973) y el trabajo Ajuste de cuentas (Dunav Kuzmanich, 1984) incluyó material de Humberto Monroy y su grupo Génesis. Se trata, por lo tanto, de dos valiosos antecedentes a la recurrente tendencia que vive el cine colombiano en los últimos años.